01 septiembre 2003



[Titanes en el Ring] Die Mole im Deutschland


Ayer ví la pelea de La Mole. Partamos del hecho que nunca nadie creyó que La Mole podía ser un boxeador mas o menos digno de una hazaña. Si fuera una carta de matchbox tendría todos los casilleros bajos menos el indice kilos/masa muscular y el carisma.
Que conste que como coterraneo, me parece un personaje entrañable. Un gigante bueno. El cordobés del pueblo (género que sólo existe en Cordoba), que en el frente a frente previo a la pelea en vez de mirarlo con cara de malo, le guiña un ojo al contrincante.

Claro, después están esos segmentos de tres minutos donde cualquier cosa puede pasar. Se acuerdan cuando le pegó una patada a uno de esos paquetes que inflaron su ranking ? O cuando tuvo la primera pelea medianamente en serio en el Nuevo Luna Park y Marcelo Dominguez, el hincha de Huracán, le pegó un baile de novela? En esa pelea La Mole le pegó con la parte del dorso, cual segunda parte de una cachetada doble ida y vuelta a Dominguez (algo que nunca había visto en una pelea, ahí me enteré que estaba prohibido).

Y llegó a Klitschko, que tenía mas puntaje en todas las cualidades. Que desde chico se viene peleando con un hermano que debió ganarle a Lewis una de las mejores peleas del año.

Y me parece que el Gigante Inocente pensó que era demasiado extraño estar dentro de un cuadrilátero con tantas luces, pantallas planas gigantes, Ringside con Boris Becker. Y que el ucraniano ese que tenía enfrente pegaba en serio. Y decidió que a la primera de cambio, se tiraba al piso, a poner cara de circunstancia, sin una gota de sangre derramada y 40 mil dólares en el bolsillo.

Ante lo absurdo de la situación de ver a La Mole con uno de los hermanos Klitschko, lo que hizo la Mole no es para nada algo descabellado. No va a ser tan idiota como para prestarse a ser masacrado sólo para que 11 500 alemanes con euros se empalmen.


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