29 noviembre 2003


[crítica de medios : Crónica de Taieres 2- Independiente 0 ]

Hugo Caric (La Voz del Interior) y un ejemplo de prosa preiodística como ya no se ve (en negrita las partes que mas me gustaron):

Apenas 48 horas después del 3-4 ante Newell’s, Talleres levantó el aplazo de aquel insólito traspié y recuperó su mejor semblante. Con goles de Víctor Píriz Alves y Luciano De Bruno, ambos en el segundo tiempo, le ganó 2-0 a Independiente y sumó tres puntos valiosos en un Chateau que, al igual que la semana pasada, dejó ver más cemento que público en sus tribunas.

El triunfo albiazul no merece discusión, aunque la ventaja se haya hecho rogar bastante. Ya en el primer tiempo, el local había sido el mejor de los dos, porque, aún golpeado anímicamente y cansado del trajín, antepuso su vergüenza deportiva a cualquier otro atributo. También, porque De Bruno se comprometió con su rol de armador, porque Píriz Alves volvió a ser indescifrable para los defensores rivales, y porque Cappelletti y Velázquez se dieron cuenta de todo lo que pueden aportar pensando más el partido desde el ataque que desde la resistencia.

?Independiente? Un equipito que sigue dilapidando grandeza y que mostró tan poco que ni siquiera hizo despeinar al arquero albiazul Marcos Gutiérrez. Lleva 10 partidos sin ganar y seguramente sumará varios más.

Sus jugadores lucen confundidos y su técnico todavía no se hace cargo del problema. “Yo seré responsable de lo que pase con el equipo a partir de enero”, fue la patética frase que lanzó Osvaldo “Chiche” Sosa apenas pisó suelo cordobés. Eso, y entrar a la cancha perdiendo, vendría a ser casi lo mismo.


Otra vez Píriz

Víctor Píriz Alves, delantero, uruguayo –de Artigas, para más datos–, goleador. Ése que entró a Talleres por la última rendija que le dejó el cierre del libro de pases, y que firmó a préstamo por un año... ?sin cargo y sin opción! Ése es el jugador que ayer torció el destino del partido, cuando el cansancio y la cancha pesada parecían convertirse en una amenaza para el local.

Hacía 17 segundos que Sergio Pezzotta había ordenado el inicio del complemento, cuando el morocho recibió de Salas y, con un bombazo de derecha, dejó estático a Damián Albil. De ahí en más, todo fue para Talleres.

Sosa hizo algunos retoques, de nombres y de esquema, pero sólo agregó más confusión a una propuesta casi indecente. El Rojo se diluyó en su propia impotencia, la “T” ganó en confianza y, así las cosas, el 2-0 no tardó en llegar. Desborde de Cappelletti, cabezazo de Píriz Alves en el segundo palo y derechazo de De Bruno para liquidar el encuentro.

Fue un triunfo justo y necesario. ?Plantelcito?, dijo “el Pato”. ?No era para tanto! Si todo lo bueno y lo malo que hizo Talleres en el Apertura se debió casi exclusivamente a los aciertos y a los errores de sus jugadores. Y que se sepa, al celular de Dios, por ahora, sólo lo tiene Carlos Bianchi


Al final se cae un poco con esa boludez del celular de Dios de Bianchi...pero en líneas generales, me encantó.

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